lunes, 15 de septiembre de 2014

Volar sobre el pantano

VOLAR SOBRE EL PANTANO
 
Un pájaro que vivía resignado en un árbol podrido en medio del pantano, se había acostumbrado a estar ahí. Comía gusanos del fango, se hallaba siempre sucio por el pestilente lodo, y sus alas estaban inutilizadas por el peso de la mugre. Hasta que cierto día, un gran ventarrón destruyó su guarida; el árbol podrido fue tragado por el lodo y él se dio cuenta de que iba a morir. En un deseo repentino por salvarse, comenzó a aletear con fuerza para emprender el vuelo, le costó mucho trabajo porque había olvidado cómo volar, pero enfrentó el dolor del entumecimiento, hasta que logró levantarse y cruzar el ancho cielo, llegando finalmente a un bosque fértil y hermoso." 

   
Los problemas son como el ventarrón que ha destruido tu guarida y te están obligando a elevar el vuelo o a morir. Nunca es tarde. No importa lo que se haya vivido, no importa los errores que se hayan cometido, no importa las oportunidades que se hayan dejado pasar, no importa la edad, siempre estamos a tiempo para decir basta, de oír el llamado que tenemos de buscar la perfección, para sacudirnos el lodo y volar alto y muy lejos del pantano.
Abandona la vía segura y cómoda que te estanca, abandona la suciedad del lodo y lánzate hacia esa ruta incierta; Dios te acompañará y te dirá qué camino tomar. Y siempre, en cualquier situación que te encuentres; acuérdate de lo bueno.
ACUÉRDATE DE LO BUENOCuando el cielo esté gris; acuérdate cuando lo viste profundamente azul. 
Cuando sientas frío; piensa en un sol radiante que ya te ha calentado.
Cuando sufras una temporal derrota; acuérdate de tus triunfos y de tus logros. 
Cuando necesites amor; revive tus experiencias de afecto y ternura.
Acuérdate de lo que has vivido, y de lo que has dado con alegría. Recuerda los regalos que te han hecho, los besos que te han dado, los paisajes que has disfrutado, y las risas que de ti han emanado. Si esto has tenido; lo podrás volver a tener y lo que has logrado; lo podrás volver a ganar.
Alégrate por lo bueno que tienes y por lo de los demás. Desecha los recuerdos tristes y dolorosos, no te lastimes más. Piensa en lo bueno, en lo amable, en lo bello y en la verdad. Recorre tu vida y detente en donde haya bellos recuerdos y emociones sanas y vívelas otra vez.
Visualiza aquel atardecer que te emocionó. Revive esa caricia espontánea que se te dio. Disfruta nuevamente de la paz que ya has conocido. Piensa y vive el bien. Allí en tu mente están guardadas todas las imágenes, y sólo tú decides cuáles has de volver a mirar.
ES MEJOR DAR QUE RECIBIR
¡Reparte a manos llenas! Una palabra oportuna, una sonrisa, una actitud animadora, un pensamiento generoso, y tu corazón sentirá esta gran verdad: ¡Es mejor dar que recibir! ¿Nunca lo sentiste?, ¡Experiméntalo! Ayuda a alguien sin esperar nada a cambio, y verás cómo llegará a tus puertas, con las manos llenas de alegría, la más grande felicidad que puedas experimentar en la vida... ¡La felicidad de dar...

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